SINOPSIS: El inesperado ataque de la aviación marroquí a un imaginado poblado saharaui, levantado dentro de la franja fronteriza liberada por el Frente Polisario, provoca, entre otros desastres, el derrumbe de la escuela para niños discapacitados. Obligados a evacuarla, seis de ellos, acompañados por su joven maestra y por un ocurrente soldado saharaui, huyen en un viejo Santana hacia los campos de refugiados de Tinduf. Pero una tormenta de arena borra las huellas del convoy que les precede, perdiéndose en la Hamada, el peor y más maldecido lugar del desierto. Aventura incierta para estos hijos del infortunio, en la que el amor y la renuncia prevalecen sobre la tragedia.

Recién acabada la Guerra Civil nace en Ceuta, ciudad que, al poco, sus padres abandonan para iniciar un largo periplo en busca del necesario pan y la sal de sus hijos. Ello hace que su primera infancia transcurra entre sombras huidizas y viejos trenes de madera. No hay memoria de colegios, por lo que alguien le enseña a leer pues con cuatro años ya colecciona tebeos y con cinco, libros. Desde entonces la lectura marcará su vida y sueños. En Sidi Ifni (África Occidental) cursa el bachiller y años después se gradúa en Arte. En Barcelona, como mirón oyente, entra en contacto con la generación del 50, escribe, da clases y ejerce todo tipo de oficios. Se casa, tiene dos hijos, deja la ciudad condal para trasladarse a Melilla donde, a diario, escribe artículos de prensa (unos mil). De estos pasará a los libros; primero, juegos satíricos y relatos de soledad para acabar amparándose en la literatura juvenil e infantil, lo que más le atrae, obteniendo diversos galardones literarios. En Lóguez Ediciones ha publicado: "Ángeles de arena" y "Un punto más que el diablo".

Próximamente será llevado al cine su libro "Ángeles de arena".

Ángeles de arena de José Luis Navarro nos relata un amor de guerra narrado desde la más sencilla ternura aunque sin camuflar la pandémia de la guerra.

La historia se centra en la aventura de amor entre una maestra llamada Nadla, y un soldado llamado Imad, en un contexto de guerra (Marruecos vs Sáhara Occidental) bastante hóstil y en las consecuencias que esa guerra tienen para todos, especialmente para las vidas inocentes de una tribu que se haya en tierra de nadie, ni en patria de nadie, los Tuareg. Los hijos de los habitantes de esta tribu asisten al colegio para discapacitados donde Nadla trabaja, pero cuando un día el centro es bombardeado por las tropas marroquíes la vida de Nadla y de los estudiantes cambiará.

No nos encontramos ante la típica novela juvenil donde todo es color de rosa y donde los finales tienen amor por todas partes y sonrisas por doquier. Ángeles de arena narra una realidad no muy lejana de Europa. La realidad de la guerra. La realidad de los perdedores de guerra, es decir, todos. Los inocentes y los culpables. Todos salen perdiendo. 

Respecto a los personajes, debido a lo corta que es la novela no los describiré uno a uno, aunque a grandes rasgos debo decir que son personajes muy maduros y reales. Me ha encantado especialmente Nadla, pues compartimos profesión. Pero también porque creo que es especial.

 

Sobre el final, nos hace reflexionar sobre el poder de la entrega, de la amistad y la solidaridad que hace falta en los tiempos difíciles. Un final adecuado para esta bonita novela, la cual tengo ganas de ver en adaptación al cine pronto.

En conclusión, Ángeles de arena, es una novela única que nos abre los ojos hacia la crueldad de la guerra y nos da una visión más humana y menos estereotipada del pueblo musulmán. Amor y odio en un mismo libro al que se le debe dar una lectura más adulta y menos infantil.

• Una temática realista que nos abre los ojos a la crueldad de la guerra y el sufrimiento de los que sin comerlo ni beberlo se ven involucrados en una guerra que no quieren luchar.
• Los personajes son geniales.
• Es un libro que, desde mi punto de vista, lo disfruta más un adulto que un adolescente. 

• Demasiado vocabulario desconocido, en lengua saharaui. Veo imprescindible un glosario final. 

4/5

-Gracias a Boolino por el ejemplar de reseña-